lunes, 26 de enero de 2009

Carta a una asegurada de la Caja

¡Qué reconfortante poder leer en la prensa nacional que los ticos nos sentimos agradecidos y felices por la ardua labor de la Caja, según el último estudio de CID-Gallup para La República! Ha de ser un privilegio que tres cuartas partes de la población califiquen a la Caja como “buena” y “muy buena”. No cabe duda que los servicios de salud del Estado vienen mejorando desde…no sé cuándo para acá. ¡Pero de que es un hecho, lo es!


Ha de haber sido desgastante llegar a obtener los resultados de esa encuesta, porque, le cuento, tomarse la molestia de preguntar lo mismo una y otra vez a 1219 personas, de una población de 4 millones de habitantes, debe ser agotador. Incluso hasta complicado ¿Se imagina tener que preguntarle a los pacientes con graves enfermedades, quienes prácticamente de por vida están internados, qué tal les ha parecido la calidad de su atención médica?, eso si acaso pueden hablar, porque de lo contrario, ha de suponerse que si no dicen nada es porque no tienen de qué quejarse, punto a favor de la Caja.

Pero bueno, al menos puede estar tranquila con saber que todo marcha bien. Ya lo había dicho Eduardo Doryan: “Damos 50 mil citas diarias y por año expendemos 60 millones de recetas médicas”. ¿Cómo dice? ¿Ya le programaron su cirugía? Claro que sí, 40 meses de espera se pasan volando, aparte, sinceramente, dudo mucho que su enfermedad empeore en tan solo 3 años. Y si acaso tuviera alguna recaída, no tiene nada de qué preocuparse, una vez más, el mismo Doryan dijo que se hará “hasta lo imposible” para evitar los errores humanos que han producido desabastecimiento de medicamentos en los centros médicos, por otra parte el paracetamol, y la crema de rosas, que tan necesarios y útiles se han vuelto en nuestras vidas, se consiguen en cualquier farmacia. ¡Tampoco hay que ser tan tacaño!


Cuando le toque ir a su cirugía, si acaso todavía sigue en este mundo, tenga en cuenta algunas útiles recomendaciones, nunca está de más prevenir. Si acaso le toca ser internada durante varios días, llévese un mecate bien largo y lo pone debajo de la cama, en caso de que a las 3 de la mañana tuviera que salir por la ventana, para escapar de las llamas de algún incendio provocado por algún profesional de la salud. Obviamente esa persona sería “altamente calificada” para estar es su cargo, ya que todas las contrataciones de personal son verificadas minuciosamente, pero algunas veces es inevitable que más de uno quiera llamar “un poco” la atención.


Y si de personal calificado se trata, tampoco debe inquietarse mucho. Recuerde lo que afirma el viejo proverbio: "Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.", como quien dice, mejor hágase de la vista gorda, por que si no se la lleva quien la trajo. Si corre con la suerte de ser dejada en cuidados intensivos tras su intervención quirúrgica, puede estar confiada de que un trabajador especializado en enfermería va a estar atendiendo la evolución de su cirugía, ayudándole a seguir su tratamiento, y va a responder con rapidez si acaso se le presenta alguna complicación. Supongo que de aquí a 3 años ya habrá sido cubierto el faltante de 2500 enfermeras que se tiene actualmente.


Si no, en todo caso se podría contar con los profesionales que laboran como auxiliares, que aunque ganan menos de lo que deberían, también le pueden ayudar de vez en cuando, eso sí, recuerde tener paciencia, más si es fin de semana, porque para 2 personas es “un poquillo” complicado atender 40 pacientes, máxime si los internos están en recuperación por cirugías complejas como transplantes de caderas, mastectomía o amputaciones. Tampoco se preocupe si no puede levantarse de su cama ni para ir al baño, que, aunque sea pasado el medio día, alguno de ellos va a llegar a hacerle un baño “a gogo” en su propia cama. ¡Eso si, eh! ¡Que le quede bien claro! El exceso de trabajo no es lo que provocó las 1400 incapacidades el año anterior solo en enfermeras. Todo lo contrario, ellas siempre están dispuestas a trabajar por más de 12 horas al día, hasta 15 días al mes, porque aman su oficio y sienten la necesidad de ayudar al prójimo.

A mi juicio es un alivió para Costa Rica contar con un sistema de salud privilegiado, en todo caso no hay que ser pesimista, como dice el conocido refrán: "Vive cada día de tu vida como si fuera el último...un día acertaras"

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